Messi,
Ronaldo, Neymar, Diego Costa, Agüero, Ibrahimovic, Falcao: nombres de los
jugadores preferidos por la mayoría de los niños y jóvenes que juegan al
fútbol. ¿Qué tienen en común todos estos jugadores? Evidentemente: el GOL. Se
trata de grandes goleadores, los que copan los primeros puestos en la carrera
por el Pichichi y la Bota de Oro, los que ocupan las grandes portadas de la
prensa deportiva, de los que hablan constantemente en los noticias de fútbol.
Sin
duda alguna, el gol es la tarea más difícil y decisiva del fútbol. Todo el
juego se resume en esas tres letras, en ese instante de felicidad máxima, de
éxtasis; ese segundo que culmina todo el trabajo de un equipo y que determina
el éxito para unos y el fracaso para otros. Los delanteros suelen ser los más
dotados técnicamente, los más habilidosos, los que tienen un don especial para
culminar las jugadas.
Pero…¿qué
pasa con el resto? ¿Qué pasa con esa entrada perfecta del central impidiendo el
avance del delantero y recuperando la posesión de balón? ¿Y con el
desdoblamiento del lateral, permitiendo al goleador despegarse de su marca y
teniendo un disparo franco a portería?
Cuando
estoy viendo un partido, me encanta ver cómo el goleador sale corriendo hacia
el compañero que le dio el pase; cómo felicitan en la piña al mediocentro que dio
ese cambio de orientación descolocando por completo al equipo contrario.
La
valoración de esas acciones debe ser una obsesión por parte del entrenador.
Debe hacer comprender a sus jugadores que el éxito colectivo no sólo depende de
la inspiración de sus goleadores, y que si el balón entra en la portería, es
gracias a las acciones individuales de cada uno de los miembros del equipo.
Cuando
el equipo marque un gol, se debe felicitar y valorar cada una de las acciones
que han hecho posible que la jugada tenga un final feliz. De esa forma, todos
los jugadores valorarán el trabajo de sus compañeros, no sintiéndose unos más
importantes que otros y entendiendo que forman parte de un engranaje donde cada
una de las piezas es igual de imprescindible.
Actuando
de esa forma con nuestros jugadores, les estaremos educando y guiando su
atención desde edades bien tempranas a cualquier aspecto relevante del juego, y
sobretodo, les inculcaremos una conciencia colectiva.
No
seamos simples, no nos quedemos únicamente con el final; no permitamos que
nuestros jugadores se frustren por no estar en la lista de goleadores.
Dejémosles que sueñen con ser Busquets, Xabi Alonso, Arbeloa o Javi Martínez.
¡Qué
vivan los secundarios!
Hola Carlos. Soy Lisandro Caravaca, director de www.sportsphilia.com. Leí la noticia sobre tu blog en El Norte de Castilla (http://goo.gl/ZusUsz) y enseguida entré aquí para curiosear. Nos encantaría quedar contigo para compartir ideas y sugerencias para mejorar este estupendo proyecto que has creado "Banda Reservada". Te invitamos a que contactes con nosotros a través de la página web y ojalá podamos quedar para charlar un rato. Un saludo y muchos éxitos.
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