jueves, 5 de septiembre de 2013

Carta a papá



Querido papá:
Te escribo en primer lugar, para agradecerte que me acompañes a todos mis partidos. Reconozco que haces un esfuerzo muy grande en sacrificar tus fines de semana; seguramente mamá y tú preferiríais que aprovecháramos los domingos para irnos a la playa, a ver a los abuelos al pueblo, o para irnos a esquiar todo el fin de semana. Pero por suerte para mí, habéis decidido apuntarme a un equipo de fútbol, y puedo disfrutar de mi partido los fines de semana. Bueno, disfrutar es decir demasiado… Quizá debería decir que puedo acudir a jugar los partidos con mi equipo.
Y digo que no disfruto, porque me asusto cuando salgo del vestuario y pienso en si te habrá gustado o no lo que hice durante las dos horas anteriores. Yo creo que me esfuerzo, y aunque cometo muchísimos fallos, intento hacerlo lo mejor que sé. El entrenador me felicita la mayoría de las veces; me hace jugar bastante, incluso a veces juego de titular; pero esa sensación desaparece cuando me encuentro contigo. No recuerdo el día en que me hayas dado una palmada en la espalda simplemente alabando mi esfuerzo. El resto de mis recuerdos son reprimendas por mis errores o malas palabras hacia mis compañeros o el entrenador. Sinceramente, no encuentro explicación a jugar tan pocos minutos, ni por qué Ángel no me pasa casi nunca la pelota; lo único que sé es que el rato que juego me lo paso genial y que puedo decir que casi todos mis compañeros son mis amigos.
Tampoco me gustan esos días en los que me dices que lo hice todo bien, comparándome con el chico que juega en mi misma posición. Creo que no eres del todo justo con él. También tiene derecho a divertirse con nosotros y seguro que también disfruta muchísimo cuando juega los partidos. Además, eso es algo que siempre nos dice el entrenador: quiere que juguemos todos y que todos tengamos nuestras oportunidades. No veo por qué tiene que ser diferente.
Y para acabar, sólo una última cosa. Me avergüenza un poco escuchar cómo le gritas al árbitro durante el partido. Seguramente cometa muchos errores, pero has de reconocer que es muy difícil arbitrar un partido de fútbol. Él solo tiene que controlar a los 22 jugadores del campo, los que están en el banquillo, y encima aguantar los gritos de los 50 padres que estáis en la grada. Me gustaría veros a alguno de vosotros en su papel.
Seguramente no te agraden demasiado las cosas que te he dicho; que pienses que sin exigencia no tendré ningún futuro en este deporte. Eso es lo que menos me importa ahora mismo. Lo único que quiero es divertirme; llegar del colegio, agarrar la mochila y llegar el primero al entrenamiento; desear que llegue el domingo por la mañana para jugar un rato con mis amigos, y tener de qué hablar durante toda la semana. Te agradezco que te preocupes por mí, que desees con todas tus ganas que sea el mejor; pero lo único que consigues con tu comportamiento es que me frustre, que me crea mejor que mis compañeros, que le pierda el respeto al entrenador y que cuando las cosas se me tuerzan, tire la toalla.
Como sé que cambiarás…gracias!!